3.13.2007

Cenzi: autoridad en rap

El hijo de la rosa de los vientos
Gastón Gabarró, alias Cenzi, es una voz autorizada para hablar de hip-hop en Chile. Como productor es responsable del revolucionario Ser humano!! (1997), de Tiro de Gracia, entre otros discos de Demo Sapiens o Legua York. Como músico fundó Makiza, lanzó rimas en Némesis y su fruto más fresco es el disco Canto de alegría (2006), una mezcla de ritmos con samples de Nueva Canción Chilena sobre cómo habría sido Chile si no hubiera existido Pinochet. Desde Canadá, donde vive, Cenzi habla de Makiza, mide la intolerancia del género en nuestro país, recuerda sus inicios en el movimiento y confiesa lo que busca con la música. "Me gusta entregar bebés lindos al mundo", dice.

En Chile el verano vive sus últimos estertores y en el polo norte la nieve cubre las calles durante buena parte del año. Es un hábitat común para Cenzi (n. 1977), quien desde el 2004 reside en Edmonton, Canadá, lugar donde nació bajo el nombre de Gastón Gabarró, forzado por el exilio que sufrieron sus padres luego del golpe de Estado de 1973. Y es allí donde Cenzi conoció la pasión de su vida: el hip-hop.

Mientras cuida a su hijo recién nacido, llamado Noah (nombre que significa Pacífico), Cenzi no para de trabajar en nuevos discos, propios y de amigos, pero siempre tiene a Chile en su memoria. "Chile es un lugar en el mundo donde uno come panes ricos con manjar en la mañana, mientras se toma leche de vaca recién hervida. Un lugar donde por la noche se comen empanadas de pino y se toman piscolas".

–¿Por qué te fuiste de Chile?
–Quise ver mi suerte como músico afuera de Chile. Sentía que en Chile ya lo había hecho todo en la industria musical: escribí en una revista de música ("Extravaganza!"), limpié pisos en una tienda de música (Background), estuve contratado con un sello como artista (en Sony) y también como productor (en EMI), luego hasta hice mi propio sello (Aguasónica). ¿Y qué saqué con todo esto? Nada más, ni nada menos, que una rica experiencia.

–¿Por qué volviste a Edmonton?
–Ésta era la tierra y comunidad que me crió y formó. Era un buen momento de volver a ver los amigos con que escuchábamos hip-hop mientras jugábamos básquetbol. ¡Siempre quise mostrarle a mi esposa mi otra tierra! Fue un buen lugar para criar un hijo, además.

–Tu último disco, Canto de alegría, posee varias muestras de la Nueva Canción Chilena. ¿Cómo encontraste esos discos y qué significa esa música para ti?
–La dirección de ese disco era definitivamente hacia un lado en particular: el lado de la izquierda. Se llamaba Canto de alegría porque me imaginé un mundo donde Allende hubiera seguido sin la dictadura. Tenía contemplado hacer el tema "Celebración" (que luego de la muerte del dictador registró dieciséis mil bajadas desde el sitio de Cenzi en sólo diez días) desde muuuuucho antes que muriera Pinochet, y por lo tanto la alegría necesitaba el apoyo de los músicos que murieron por causa de sus pensamientos y tendencias políticas. Me hubiera gustado ganar harto dinero de ese disco para poder donarlo a las mismas causas por las cuales ellos lucharon. Ésa era la idea original, pero luego decidí regalarlo por Internet no más.

–¿Por qué?
–No muchos van a comprar el disco. Hoy en día hay tecnologías suficientes para conseguir copias de originales con la misma calidad, así que el que la quiere comprar, la va comprar por una razón mayor a la de sólo oírlo.

–¿Alguna desilusión con Chile, su forma de funcionar musicalmente?
–Yo acepto a Chile tal como es. Es un país chico de pocos que apoyan al hip-hop. Hay justo suficiente para hacer tocatas chicas de vez en cuando y hay suficientes para llenar un recinto grande. Pero no hay suficiente gente que saca cinco o seis lucas de sus bolsillos para comprar CDs como para vivir de la música. He ahí un error grande de muchos que sueñan con eso.

–Fuiste coautor del disco más exitoso del rap chileno, Ser humano!! (1997, EMI) , de Tiro de Gracia (en la foto). Luego de eso, el hip hop llegó a niveles muy altos de popularidad en Chile y surgieron nuevas bandas sin mucho que decir. ¿Compartes el hecho de que mucho rap se puso comercial, dejó de ser combativo después de eso?
–El rap siempre ha tenido dos lados: el bailón y el mensajero. Yo creo que 99 por ciento de las canciones gringas son vacías de mensaje. Así que no exijo tanto de Chile tampoco. Fíjate que a mí me encantaría tener un rap combativo, por los principios que tengo. Pero a la vez ojalá fuera lo suficiente comercial como para que me compren los CDs y llenen los shows.

"Creo poder decir con un gran porcentaje de certeza", continúa, "que todos los raperos ‘combativos’ de Chile tienen entre sus diez temas favoritos canciones absolutamente vacías de mensaje y re huevonas. Basta con ver que los Panteras Negras, que se llenan la boca con esto y lo otro de la política, y sin embargo hicieron un cover de Snoop, el rapero menos combativo del universo hiphopero. Los hiphoperos chilenos tienen que llegar a aceptar el lado comercial de rap en algún momento. Creo que éste es el punto más grande. No es la única razón del estancamiento del rap chileno".

–¿Cuáles son esas razones?
–La movida hip-hop en Chile tiene una falla enorme en su intolerancia. Esperan demasiado del rapero chileno, sin embargo de los españoles y de los gringos aceptan cualquier porquería. No es justo que raperos como Rolo (Mc de Villa Alemana) pasen sin gloria ni fama en Chile cuando realmente él se limpia el poto con las líricas de cualquier rapero internacional. Esto es muy típico desde hace ya más de diez años y a mí personalmente ya me causa gracia y no pesco ni me lo tomo personal. Es como es, no más.

Para graficar esta situación, Cenzi desafía a una prueba. "En cualquier chat on line con la comunidad rapera de Chile haga el siguiente comentario: ‘el último disco de –nombre de cualquier rapero chileno– está bien bueno’. Mida la negatividad. Después de un rato haga el mismo comentario pero reemplazándolo con el nombre de un rapero internacional y verás que las respuestas no van a ser ni cerca de negativas que con los chilenos".

Cenzi ya hizo el ejercicio para medir la odiosidad, y cuando preguntó cuál es el peor rapero chileno, en dos días el blog se llenó de respuestas. Al contrario, a la pregunta de cuál es el mejor rapero chileno, no postearon más de cinco personas. "No sé si hay solución al tema, y como dije anteriormente, no me interesa ni me importa. Esto es solo una observación".

–¿Qué significó para ti el gran efecto de ventas y público que experimentó Makiza con el disco Aerolíneas Makiza (1999)?
–Me gustó que existiera un espacio para el rap. Me gustó que Sony haya decidido lanzar el disco de Rezonancia, abriendo más espacio para distintos tipos de rap. Me gustó ganar dinero también.

–Makiza fue algo así como el grupo emblema de los retornados, sonaban más internacionales que los de acá. ¿Eso fue uno de los factores del éxito?
–Creo que fue un punto importante para Makiza. Pero también hubo una importancia detrás de lo combativo de Makiza, que venía de una voz que muchos aún no habían oído en las radios. Creo que fue de importancia, pero de importancia mínima. Makiza fue la mezcla de una voz femenina linda, una voz firme de Seo2, una música increíble de Cenzi, los sonidos y las ondas divertidas de Squat, lo extranjero de algunas visiones y la fuerza política del combate.

–Dijiste que con Casino Royale (el disco que el grupo lanzó en 2005, luego del alejamiento de Cenzi), Makiza y el hip-hop en general, había perdido una rapera. Cuéntame de eso y qué te pareció ese disco.
–El disco en un principio me chocó. Luego me gustó por un tiempo, y luego lo terminé rechazando como una promesa jamás cumplida. Como besar y besar con una mujer pero que nunca... eeeh.. tú sabes. Como describí antes, Makiza tenía puntos claves, y este nuevo proyecto se presentaba como algo completamente distinto. En mi opinión, tenían dos opciones: cambiarse de nombre antes de hacer el disco, o bien, luego de sacar Casino Royale, deberían haber sacado otro disco completamente distinto a todos de nuevo. Así por lo menos serían el grupo que cambiaba siempre (se ríe). Ojalá vuelva la Anita a rapear, pero si no lo hace, ojalá saque un disco luego para que Chile tenga una cantante nueva".

–¿Tiene el rap esa capacidad de acomodarse a todas las realidades y a la vez sonar universal?
–No, definitivamente no. Es como preguntar si cualquiera puede ser albañil. Muchos porque no tienen opción lo hacen, y muchos lo hacen mal. Algunos, que tienen más opciones en la vida, igual tratan de hacerlo por cualquier razón que sea, y de nuevo a muchos no les sale bien. No hay ninguna canción de rap que me haya llenado el corazón como lo llena "I will" de los Beatles. Cuando ando con rabia, no hay mejor canción que "Metal militia", de Metallica. Cuando ando con ganas de enamorar a mi mujer, Otis Redding es el músico de la hora. El otro 99 por ciento de mi vida estoy con hip-hop.

–¿Cuál es el sello del hip hop chileno?
–No sé si tiene. He intentado descifrarlo pero después de oír rap de Nicaragua, Costa Rica, Honduras y otros países de Latinoamérica me di cuenta que suenan todos un poco parecido.

–Estás trabajando con Legua York (en la foto). ¿Qué te atrae de ellos? ¿Hay otras bandas interesantes en Chile?
–Legua York son la definición de lo que he aprendido a seguir con mi rap. Los admiro un montón por que tienen claro lo que quieren y no transan fácilmente por razones comerciales. Tienen principios y se adhieren a ellos.

"En cuanto a otros grupos de Chile, la verdad es que quiero hacer rap con todos los raperos de Chile. Me da igual. Quiero hacer rap con quien sea. ¡Quiero hacer rap!", exclama, y repasa algunos nombres. "El Rolo (Rolando Barattini, MC de Villa Alemana y miembro de Tarzanes) me gusta caleta porque es un verdadero genio. Creo que ni él lo sabe. Ojalá que hiciera disco tras disco sin nunca parar. Yntro ha sido muy humano y hermanable conmigo, y muy amigo por lo demás. Me gustaría hacer música con él solo por pasarlo bien. Y con la Vafe (Vafe Jhous, rapera valdiviana), siempre haremos música juntos".

– ¿Y cuáles son los más importantes?
–Makiza de todas maneras es el más grande, creo. Llegó más lejos y más profundo que cualquier otro. Tiro de Gracia fue grande, pero hoy en día ya se les fue la onda. Panteras Negras fueron bien importantes también porque tuvieron las pelotas para decir cosas que nadie más hablaba en su tiempo.

Pero como no sólo de rap vive Cenzi, también tiene otros favoritos. "Me gusta mucho Inti-Illimani porque son un grupo grandioso. Son gigantes, son inteligentes, son cultos, son creativos, son humildes. Me gustaría leer y saber más sobre Violeta Parra. Me tinca una mujer muy divertida. Siempre apoyaré a Rékiem ", concluye: es el grupo del fallecido guitarrista Julián Durney, a quien Cenzi dedicó Canto de alegría.


–¿Sabes que el stencil (imágenes, muchas veces políticas, hechas a partir de moldes y estampadas en los muros con aerosoles) se está usando mucho en las calles de Santiago, Concepción o Valparaíso?
–El stencil y los stickers parece que son la nueva moda de Chile y me alegro un montón, porque le dan onda a una ciudad. Mi grafitero favorito siempre va ser el Zeckis (y ojo que no el Zekis ni el Cekis). Fisek también coincide con mi estilo. Esos dos son los que más coinciden con mis gustos artísticos, y es por eso que los nombro, a pesar de que todo grafitti me encanta (y repasa otros artisatas nacionales): Alme, Zesak, Benz, Nast, Cens, Ayslap y muchos mas que me dan pena no recordar...

–Comenzaste en la música sampleando con caset y ahora usas un súper computador y varios equipos más. ¿Sigue siendo lo mismo?
–Ja ja ja… Uso una porquería de computador, que si lo muevo mientras lo uso ¡se me apaga! Sigo usando lo mismo en todo caso: un teclado, un computador, una tarjeta de sonido Digi con ProTools y una guitarra. Hace como seis años que uso lo mismo, y lo amo así. Sólo falta un computador mejor... ¿alguien desea donar?

Con esas tecnologías, Cenzi dio vida a Némesis, su proyecto junto al rapero Seo2, también ex integrante de Makiza, y ha editado tres discos bajo su propio nombre. Como productor, acumula trabajos para Makiza, Raíces Subterráneas, Las Corrosivas, ZicutaEjecuta, Demosapiens y Legua York, entre varios otros.

–¿Qué es lo que te gusta del oficio de productor?
–Me gusta entregar bebés lindos al mundo. Cada canción tiene que ser lindísima, sea como sea. Así que me gusta tomar un rapero y traerlo a mi mundo musical y ver qué puede hacer acá para luego devolver al mundo. Me gusta experimentar. Me encantaría que los MCs (raperos, o "maestros de ceremonia") se entregaran a mí para que yo experimentara con ellos. Cosa de artista, supongo.

–¿Qué proyectos te ocupan en la actualidad?
–Estoy a full ahora con dos proyectos. El primero es con Skool 77, un MC de México que lo tengo en muy alta estima. Para mí es el mejor MC en español y más encima parece que este va ser su último disco en un buen rato. Qué pena. El otro proyecto es el mío. Quiero sacar ya mi próximo disco, pero creo que no termino este ciclo de aprendizaje. No estoy listo aún para decir lo que siento porque aún no termino de sentirlo, y he ahí mi dilema: si escribo no más ahora, o si espero el momento. Estoy batallando.

–¿Vienes a Chile? ¿Te quedas en Canadá?
–En ningún lado, soy un hijo de la rosa de los vientos.

www.cenzi.net

Los años del Mapocho


Gastón Gabarró formó parte de la segunda generación del hip-hop en Chile (la primera data de 1986 en la calle Bombero Ossa), desde donde surgieron Tiro de Gracia, Makiza y el colectivo Demo Sapiens, entre otros. El lugar de encuentro era la capitalina Estación Mapocho, a mediados de los años noventa, donde la cultura hip-hop se reunía para intercambiar música, conocerse, tirar rimas y vivir la vida. De esos años, Cenzi guarda bellos recuerdos.

–Había pendejos que hoy tienen veintitantos años, que andaban callados por ahí entre todos, absorbiendo todo lo que veían. Estaba el Busta entre todos esos. También el Benzo del AEB (una crew de grafitti) y el Sonido Ácido (en la foto). Habíamos los que íbamos a carretear no más en el ambiente canabativo y alcoholizante. No hacíamos nada más que pasarlo bien entre amigos. Creo que jamás vi una pelea. Ahí íbamos harto con los cabros de la CWP (antiguos grafiteros), DMS (el colectivo Demosapiens) y muchos otros. Después del carrete en Mapocho íbamos al departamento de Okram en Vivaceta. ¡Cabíamos como doce personas en una pieza del tamaño de un baño!", se ríe.

"Los mejores fristailes (sesiones de rap improvisado) venían de la Anita, Nocturno, Noise, Serch y el legendario Genio de Acero", recuerda. "Lo más lindo sin duda entre todo este carrete entre las sombras al lado del río Mapocho eran las energías positivas de los breakers (bailarines). Ellos traían buena música, usando pilas compradas con la plata de sus bolsillos. Ellos eran el alma del Mapocho sin duda. El Manolo siempre con la alegría, el Jorge como el más sabio de todos, el Mono Gonzalo demostrando que todo era posible... eran muchos y ellos fueron la chispa de todo".

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